Marita Verón, una joven tucumana de 23 años que una tarde de Abril salió de su casa para una consulta ginecológica y nunca más regresó.
Marita Verón fue desaparecida hace nueve años.
Marita Verón fue desaparecida en democracia, y su caso es uno de los cientos de ejemplos que recorren nuestro país donde policías, jueces, fiscales, funcionarios provinciales y nacionales están involucrados en este negocio millonario que lucra con la vida de mujeres, niños y niñas.
Su caso, y la búsqueda y denuncia incansable de su madre, ha revelado la existencia de una red de secuestro de mujeres, niñas y niños para su posterior sometimiento a la explotación sexual. En nuestro país son más de 700 las mujeres, travestis y niñas que son apropiadas anualmente por el gran negocio de la explotación sexual.
Marita Verón continúa desaparecida, como Florencia Aguirre, Andra López y cientos de mujeres que desaparecen todos los años en nuestro país y que no tienen voz, no sabemos dónde están, sus familias las están buscando sin obtener ninguna respuesta en ninguna oficina, en ninguna fiscalía o comisaría. Más bien descubren la enorme trama de poder que encubre y lucra con el comercio sexual, es decir de las mujeres y niñas- mercancías.
Se hace urgente y necesaria la denuncia, exigiendo castigo para los cómplices políticos y materiales del tráfico y explotación esclavista que perpetua los mecanismos más trágicos de la dictadura en años de democracia. Se hace urgente y necesario romper con el miedo y el silencio que ocultan esta verdad urgente en un autismo social cómplice.
Es imprescindible nuestra lucha en las calles, para ponerle voz al horror y gritar con fuerza: ¡Las estamos buscando! ¡Las queremos con vida!
¡Basta de mujeres, travestis, trans y niñas desaparecidas y secuestradas por las redes de trata para la prostitución!
¡Con vida se las llevaron, con vida las queremos!
¡Con vida se las llevaron, con vida las queremos!
